Adagio de la Troyana

Mudé la piel de minotauro.
Tesea no sólo cambió el nombre,
también el laberinto por un caballo.

Guió mis ojos al encuentro
de la llanura otoñal con que me miraba:
horizonte tenue que se eriza
al galope de mis pesuñas embravecidas.

No hubo costa donde esconderme,
ni bosque que cobijara mi locura:
su voz apaciguó siempre
la indecisa marea que perturbaba la pesca,
la tormenta que escupía sobre las alas,
el temor que se escondía bajo las piedras.

La espuma blanca que con su vaivén
atrapa mis palabras.

Abraham Chinchillas

P.D. No soy la única en mi familia que trata desaforadamente de disfrazar su locura con intentar ser poeta. Abraham felicidades!

P.D. I am not the only one in mi family trying desperately to conceal my craziness by attempting to be a poet. Congratulations Abraham!

Comments

....sariTa!!!* said…
Hola!!muchas gracias por pasarte. Esta poesía está realmente bien!!

Me pasaré por aquí a menudo y ya echaré un vistazo al resto de tu blog.

Gracias por tus palabras.
Abril Pérez said…
Que lujo de familia Belinda, cuanto talento junto, que genial.
Creo que no te lo habia dicho pero me encanta tu obra, tienes pensando exponer alguna vez en madrid?,
ya me contaras

Gracias por tu aliento y por hacer con tus cuadros que este sea un lugar mucho mas bonito para vivir.

Besos y abrazos

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